sábado, 9 de julio de 2016

Ljubljana, Bled y despedidas

Íbamos a hacer de todo, miles de ideas fluían, pero nada, estamos cansados y necesitábamos una parada técnica para ordenar, lavar ropa y descansar. Así que disfrutamos de un merecido día de asueto.

Al día siguiente fuimos a visitar la capital de Eslovenia, Ljubljana. Una ciudad muy coqueta, pequeñita y sencilla. Aun así es agotador el turismo urbano, mucho calle, calor y dar vueltas y mas vueltas. No consiguió la ciudad cautivarnos, a saber las razones.

El jueves fuimos a visitar uno de los sitios mas emblemáticos del país, el lago Bled y el de Bohinj. Es impresionante, con mayúsculas. Turístico, bien organizado, precioso, mágico, todo es poco. Con un castillo presidiendo desde las alturas y una pequeña isla en medio del lago con una iglesia, a la que accedimos en un pequeño bote a remos. Después al lago Bohinj, mas salvaje, menos turístico y también espectacular. Un lujo para los sentidos

El viernes a Skofja Loka, pequeño pueblo medieval y a las cuevas de Postojna. El pueblo bien, pero nada del otro mundo, o si, pero no me di cuenta. Las cuevas es otra cosa, no hay palabras. Lo intento a ver si consigo transmitir lo vivido. La primera impresión es un lugar muy turístico y organizado a la europea. Pero cuando te montas en el tren, con un frío que pela y empieza a recorrer la cueva, una sensación de magia y fantasia te impregna hasta el tuétano. Estalactitas y estalagmitas de todos los tamaños y colores, grandiosidad de la naturaleza e insignificancia del ser humano. Los niños alucinaban y los mas mayores nos creíamos Indiana Jones en el Templo Maldito. Luego paseo a pie recorriendo las diferentes galería y vuelta en tren. Como anécdotas comentar que una de las zona de las cuevas son negras ya que los partisanos quemaron un polvorín de los alemanes en la segunda guerra mundial y, por otra parte, que esta cueva se llevan celebrando conciertos y diferentes espectáculos desde mitad del siglo XIX. Se me olvidaba mencionar un animalito muy feo pero que se a convertido en un simbolo, el Proteus o pez humano. Cosas del marketing, digo yo, aunque seguro que a los niños les ha parecido lo mas chulo del mundo.

Hoy sábado nos hemos levantado en el camping Piva Jama muy temprano para despedir a nuestros magníficos compañeros de viajes, Emilio y Aleix. Por una parte pena de separarnos de tan buenos viajeros pero por otra (siempre hay que buscar el lado bueno de las cosas) con ganas de empezar el viaje solos. Sentimientos encontrados. Os deseamos feliz regreso a casa y deseando repetir con vosotros.

Ahora creo que iremos a las playas de Croacia, o no, como diría nuestro amigo Luis el Asturiano. 

To be continued...

2 comentarios:

Unknown dijo...

Genial crónica rafael, pero donde están esas fotos??? Jejejej

Unknown dijo...

¡Eso! las fotos... pero se ve que os está cundiendo. Todo muy emocionante, y qué nombres... imposibles de recordar