domingo, 31 de julio de 2016

Destino Biogradska: Noche mágica

Biogradska es el segundo bosque mas antiguo de Europa, con lo que se nos antojaba imprescindible su visita, con la intención de dormir donde nos indicaron los italianos. Pues en marcha!!!!!

Unos cuantos puertos altos de verdad, carreteras sinuosas, empinadas y túneles que casi no cabían los camiones (tenían que ir por el medio, invadiendo el carril contrario, si no, tocaban el techo) llegamos a Kolasin. Cogimos una pequeña carretera y luego empezó la pista, embarrada y con buenos baches y agujeros, pero el toyota y la caravana mostraron sus buenas aptitudes. Cuando nuestro destino aparecía ante nuestros ojos, a 200 metros, un lugareño nos dijo que nanai, que si íbamos no íbamos a poder volver si llovía, que la cuesta es muy mala. Así que nos ofreció dormir al lado de su casa, pegados a la pista. Dicho y hecho. Plantamos la caravana mirando a las montañas, entre vacas, ovejas y caballos a 1800 metros de altura, sin electricidad, ni na de na.

La incertidumbre siempre cierne sobre nuestras cabezas en estas situaciones, pero las dudas se despejaron en un periquete. La casa es un refugio de alpinistas, nos invitó a entrar y rápidamente nos invitó a unas cervezas, licores y comidas típicas de la zona. Se presento un chaval, Miki decía llamarse.

Poco a poco se fueron presentando mas locales, un guarda forestal con la escopeta, un señor mayor, grande con su ¿nieto?, con bigote, barriga y manos enormes que imponía, pues es el jefe de los guardabosques, que vigilan la caza furtiva y el dueño del Eco Katun Vrajak (nuestro destino inicial). Empezaron a contar historias sobre como se vivía en la zona, con nuestro simpatico traductor a todo tren. El ambiente era real, sin florituras ni adornos. Nosotros con los oídos y ojos sin parar de absorber lo que ocurría a nuestro alrededor. Me recordaba a las noches en el Atlas marroquí. La gente humilde de montaña me sigue cautivando. Nos fuimos a la cama con una felicidad que nos embriagaba

Al día siguiente Miki, que es instructor de caballos y organiza rutas a los turistas, nos comentó que si los niños querían dar un paseo montado en uno de sus caballos. Como nos íbamos a negar!!!!!!

Un paseo precioso con Martina y Emilio montado en Macca, el caballo, con la yegua siguiendonos silenciosa, pues no se separaban. Al finalizar el paseo le quisimos pagar, pero nos dijo que con las caras de felicidad de los niños era suficiente. Siempre me descoloca la generosidad de las personas mas humildes.

Con pena nos despedimos, con un pellizco sabiendo que habíamos disfrutado de un sitio mágico y unas gentes autenticas, pero la ruta sigue y Biogradska nos esperaba. 

Sería ésta la noche de las noches del viaje? Veremos que nos depara Albania.













To be continued....


viernes, 29 de julio de 2016

Bahia de Kotor. Perast: imprescindible.

Unas cuantas montañas más tarde llegamos a la Bahía de Kotor. Un fiordo al sur de Europa. Nos instalamos y sin perder tiempo nos fuimos al chiringuito a bañarnos y tomar un refrigerio. Que maravilla de sitio, una bahía rodeada de montañas, con sus habitantes planteando su vida cara al mar. Nos quedaríamos viviendo aquí unos meses, pescando, bañándonos, disfrutando del entorno. 

Al día siguiente fuimos al precioso pueblo de Perast, todo de piedra, el mar a sus pies, y una tranquilidad que te inundaba los sentidos. Nosotros rápidamente nos acoplamos a ritmo de aquí y disfrutamos de la mejor actividad en vacaciones, no hacer nada pero disfrutar del momento. No sabíamos lo que nos esperaba al día siguiente!!!!!

Nos despertamos y fuimos a Budva, a la playa. Un domingo, con eso lo digo todo. Trafico brutal, turistas a tope, hordas de ellos, parking llenos, complicado y prometiendo no volver nunca jamás. Así que la copiloto, que es un seguro en estos asuntos, dice: Vamos a Sveti Stefan. "Pallá" que fuimos. Una playa de rocas con una pequeña isla unida con un puente y un restaurante que hizo las delicias de todos nosotros. Yo incluso me atreví con una dorada salvaje (creía que no había mejor pescado que el Cádiz, que equivocado estoy, maldito chovinismo!!!) Que bien estuvimos para lo complicado que se presentaba el día.

Viendo que los próximos días nos esperaba una ruta dura, cambiando de sitio cada noche, al levantarnos nos planteamos que íbamos a pasar una jornada de asueto. Dicho y hecho. Chiringuito, baños, relajación, que necesitábamos coger fuerza y ánimos, que a estas alturas del viaje merman bastante rápido.

Nos despertamos y nos dirigimos a un sitio que nos recomendó una pareja de italianos, en mitad de la montaña a 1.800 metros después de un buen trozo de pista. Con la inquietud lógica de ir a lo desconocido emprendemos el rumbo al sitio, se llama Eco Katun Vranjak, en la zona del P.N. de Biogradska. A ver qué pasa. Ya comenté que los mejores y peores planes surgen de la improvisación.

Alea Jacta est.

To be continued....









lunes, 25 de julio de 2016

Parque Durmitor, Montenegro. Imprescindible

Nos despertamos y empezamos a recoger con la tranquilidad habitual. Al poco nos volvemos a enrollar con los vecinos y sin darnos cuenta eran las 14:00 horas. Se notaba que había ganas de charlar, tantas que comentó Lluis que deberíamos establecer un sistema de turnos jejejeje. Ya no vamos contra la inercia, sino a favor de ella. A los 10 metros, pum!!!!!, fallo total. No puse bien el enganche de la caravana y se soltó. Otra vez todos los cables que conectan la caravana a freír espárragos. Que rabia, pero es lo que pasa cuando te desconcentras un momento. Bueno, disciplina asiática. Sacar herramientas, solicitud al equipo de 45 minutos de soledad, cervecita al finalizar la reparación y en carretera otra vez. Es un recordatorio que no se puede bajar la guardia ni un segundo. La suerte es que ocurrió dentro del camping, no queremos ni imaginar qué hubiera ocurrido si pasa en mitad de la carretera.

El camino es probablemente uno de los mas bonitos que hemos recorrido. Con el cañón acompañándote durante todo el trayecto y atravesando decenas de túneles. Luego otra pequeña carretera rural, enana, empinada pero que cruza el Parque Nacional de Durmitor. Un lujo para los sentidos pero no para los nervios del conductor y el copiloto. Precipicios de vértigos, paisajes alucinantes y una sensación de estar en un sitio excepcional.

Llegamos al camping casi anocheciendo. Uffff que impresión. Las vistas a la montaña únicas, pero las instalaciones cercanas al chabolismo. Respiramos hondo, instalamos el campamento y a la cama. Confiamos que el despertar mejore las sensaciones.

A la mañana siguiente la luz nos confirmó que era un campamento muy básico. Tripas corazón, cafelito y a visitar el lago Negro. Otra maravilla. Emilio se bañó para variar en sus frías aguas, un picnic y a juí, que llegaban las hordas del turismo masivo.

Por la tarde nuestros cuerpos inquietos nos pedían más guerra. Así que intentamos ir a las profundidades del río Tara, pero el tiempo se nos echó encima y a mitad de camino decidimos, con buen criterio, desistir. 

Desistir es algo difícil, pero es necesario saber cuándo hacerlo. Aquí el copiloto es fundamental, si no, lo que se suponía una bonita excursión se convierte en un tormento para el resto. 

Nos retiramos a una bonita terraza con un parque infantil. Cervecitas y relajación, que el cuerpo nos lo pide.

Con pena al día siguiente levantamos el campamento, pim pam pum, todo recogido, la caravana bien enganchada, y carretera y manta, que nos espera la preciosa Bahia de Kotor, pero eso es otra historia...














To be continued...

jueves, 21 de julio de 2016