Otra vez en marcha. Deshicimos el bonito camino, parando a
coger diminutas fresas silvestres, camino a Plav, ciudad fronteriza con
Albania. Pero antes queríamos parar en el Parque Natural de Biogradska.
Implicaba un pequeño rodeo, pero mereció la pena. Un precioso bosque de hayas
rodeando un lago, un lugar con un punto mágico que solo la lluvia nos impidió
visitar con plenitud. La lluvia, la tormenta, el diluvio universal. Carreteras
con una cuarta de agua, qué enfadados estaban los dioses por aquí!!!! Apretamos
los cuerpos y seguimos con cautela. Poco a poco se fue dispersando y unas horas
mas tarde llegamos a Plav.
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Tengo apuntado que el camping Gusinje Krojet tiene
buenos servicios.
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Que bien, nos hace falta una buena ducha, que olemos a
caballo y fresas del bosque.
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Decidido. Pero… no aparece en nuestros mapas y aparatos
tecnológicos.
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Preguntando se llega a Roma.
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Vamos a intentarlo.
El camping… un restaurante, regentado por una mujer ruda,
seria y distante, con un prado donde estaban las ovejas y sin ninguna
instalación. Un simpático camarero, cincuentón y parlanchin, nos hizo sentir
que la ducha podría esperar. Y las vistas a la montaña no tenían precio.
Plantamos la caravana y disfrutamos del entorno, que al día siguiente teníamos una etapa dura, marcada con una X en nuestro planning.
Un buen desayuno, despedida cariñosa de los trabajadores del
camping, incluso de la ruda propietaria y rumbo a la frontera.
Tal y como la cruzamos, dos casetillas con una barrera y un
solo policía, se acabó el asfalto. Así, sin paños calientes, del tirón.
Estábamos en Albania.
La pista estaba destrozada, con agujeros enormes. Al ritmo
del tran – tran, disfrutando de un sitio que se nos antojaba bastante aislado
recorrimos sus 20
kilómetros . De nuevo el equipo humano y rodante de diez.
Cuando nos dimos cuenta estábamos sobre una magnifica y solitaria carretera.
Qué bien, ya queda menos para el Lago Shkoder, teníamos ganas de descansar,
ducharnos y recomponernos.
Pensando en la bonita ruta que acabábamos de hacer, de
repente, en una curva aparece un mercedes a toda velocidad invadiendo el carril
contrario, vamos, nuestro carril.
Piiiiiii Piiiiiiiiii sonaba el claxon del toyota. Frené en
seco.
El conductor con cara descompuesta pierde el control y
pummmmmm. Miro por el espejo retrovisor y veo como salen despedidos muchísimos
trozos de plástico.
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Cris, le han dado a la caravana, le han dado a la
caravana !!!! (me faltó decir meidei meidei)
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Me cag….. en sus muert……..
Nos bajamos temiéndonos lo peor. El conductor borracho con
unas pintas terribles, en medio de los nervios y la lógica discusión intentando
revisar los daños. No eran para tanto, podríamos continuar el viaje, un poco de
cinta americana y a juí. Nos despedimos de ellos, con una falsa sonrisa
pensando en nuestros adentros que a ver si el conductor coge la gonorrea como
penitencia a su imprudencia.
Nos dejó un poco tocados, lógico, pero había que continuar.
Cuando llegamos al camping y entramos, nos relajamos. Tiene un entorno idílico,
con un césped gigante, a pie de lago, con sombrillas, bar y un buen ambiente de
viajeros. Lo necesitábamos. Aquí estuvimos un par de noches, recomponiendo los
cuerpos, la caravana, la ropa y los ánimos. Hacia falta y mucha.
Dejamos Shkoder rumbo a Valbona, otra X en nuestro mapa, que
pena, cada vez nos quedan menos por recorrer en los Balcanes.
To be continued...
2 comentarios:
segundo intento...
Relato con sonidos, olores y con fotos de regalo para la retina,
sois increíbles, geniales, y seguís dando mucha envidiaaaaaaaa.
MUUUUAK, MUUUUUAK, MUUUUUAK, MUAAAAAAK
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